Un incontenido grito de agónico desaliento
Salió de la garganta de la mayoría silenciosa,
Cruzando aceras vacías, desiertas fábricas y desolados campos.
No había más margen para la esperanza y ganaba la desesperación.
Tantos eran ya los hombres, las mujeres, los niños y los ancianos
Que no podían con los yugos de la ignominia de la impuesta miseria;
“ni un minuto más aguantaremos, ya no más, este es el momento”,
Ahora sabrán de nuestra sangre que gratis daremos a la tierra
Mientras nos quede ira en la razón y fuerza en nuestros brazos.
Es lo que tenemos.
Mataremos a los enemigos que nos niegan el pan,
Que nos hunden las cabezas en basuras de opresores intereses.
Ya no más freno ante las injusticias del poderoso amo del dinero,
Que nos quita ya lo último que poseemos:
La conciencia, el orgullo, el alma y la última razón.
Es el tiempo de volver por nuestros derechos arrasados,
Lucharemos sin cobardía, sin pausa al desaliento
Por lo que nos quitaron y es nuestro,
Reponiendo en las trincheras a todo aquel que caiga.
¿Sabéis? Somos más que ustedes y moriremos todos si queréis,
Total no hay ya nada que hacer, habéis deseado estos desafueros.
Defenderemos, si es preciso, a porrazos lo poco que nos queda,
Y haremos lo posible por conquistar lo que alguna vez fue nuestro.