No hace falta decir, que
cuando se dice “Leyenda Negra”, esta se refiere a España, pues si nos referimos
a otro país, lo citaríamos a continuación.
He leído este verano un
magnífico libro de María Elvira Roca Barea, titulado “Imperiofobia y leyenda
negra”, auténtico testimonio de las barbaridades que se han dicho en Europa y
el mundo sobre nuestro país, y que la autora desmonta con un exhaustivo estudio
de datos e informes, para contraponerse a tanta falacia como se ha dicho de
nosotros, incluso asumidas siendo mentiras, difundidas incluso ahora por internet
y la Wikipedia, y estudiarse hasta en nuestros libros de texto.
Según la autora, la primera
manifestación de hispanofobia en Italia surgió vinculada al desarrollo del
humanismo, lo que le dio a esta un lustre intelectual del que todavía goza,
para más tarde convertirse en el eje central del nacionalismo luterano y de
otras tendencias que se manifestaron en los Países Bajos e Inglaterra.
Todo empezó con la Guerra de
los 80 años en Europa (1568-1648), guerra de religión donde se enmascararon los
intereses nacionalistas y socio económicos de las Provincias Unidas, actual
Holanda, en donde el emperador Carlos V y su hijo Felipe II, lucharon legítimamente
contra los intereses cortoplacistas de príncipes y clero, contra la secesión y a favor del catolicismo frente a calvinistas y luteranos.
La exitosa máquina de
propaganda protestante y calvinistas con la facilidad de las imprentas,
lograron mediante miles de gravados demonizar a los españoles como asesinos,
salvajes e intolerantes, cuando resultaba que en esos tiempos, había mayor
tolerancia en los países católicos con calvinistas, anglicanos y protestantes,
que en los países de nuestros enemigos.
Se nos llamó raza inferior,
por mezclarnos con judíos, árabes y más tardes con los nativos americanos, y a
la vez intransigentes por la expulsión de los judíos de España, cuando en la
mayoría de esos territorios ya lo habían hecho antes.
Siempre hubo un doble e
hipócrita rasero, ya que maximizaban nuestros errores para tapar algunos
enormes que les competían a ellos, y siempre esa propaganda a la que nunca se
oponían nuestros gobernantes, no sé si por indolencia o menosprecio, pero el
caso es que cada vez que un país quería tapar una derrota, una bancarrota o
alguna masacre, se echaba mano de la propaganda antiespañola.
Y lo curioso es que se
hablaba de los horrores de los españoles
de los ejércitos imperiales, cuando en esas tropas había soldados
holandeses, alemanes, italianos, ingleses, suecos y franceses, y los españoles
eran una minoría que no llegaba al 15%.
Es en la actualidad, cuando
aún se nos desprecia y se nos ahoga como en la crisis pasada, sometiéndonos a
una disciplina alemana que ha destruido miles de empleos mientras ellos se
llenaban los bolsillos con los intereses de nuestra deuda; cuando ellos nadaban
en la abundancia y no perdían nivel de vida. Y ¡Qué curioso! Estos mismos
alemanes no se acuerdan, no se quieren acordar, de que ellos nunca pagaron sus
deudas a los demás desde que existen como país, y encima al sur de Europa nos
llaman despectivamente los países PIGS.
Cada vez que salga el tema
de la Leyenda Negra en nuestro ámbito cotidiano, hay que oponer la verdad a
tanta falacia y estar orgullosos de lo que somos y lo que fuimos. Ningún impero
occidental, hasta ahora, ha durado tres siglos, y esta defensa de lo español
debe ser una prioridad para el estado, los intelectuales y de toda nuestra
gente.
A ver si somos capaces de
arreglar esto con los siglos, ahora que todos o casi, somos europeos.
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