martes, 9 de julio de 2019

Credibilidad

Al día de hoy, donde todos estamos superconectados, y nos creemos por eso que estamos suficientemente informado de todo, es cuando a las almas incautas e ingenuas les cuelan todo tipo de informaciones falsas, sesgadas o interesadas; es lo que se le ha dado en llamar en el magnífico vocablo español las noticias falsas o posverdad, por eso cuando vemos o leemos o escuchamos algo, es muy importante para cada uno de nosotros la credibilidad de la fuente donde procede, aunque muchos de nosotros, debido a la religión que profesamos, o según la tendencia política y a quien votemos, nos cuadre más las mentiras que vienen de órganos afines y que se ajustan con nuestro pensamiento que las que lo contradicen. 
                                                  

La credibilidad va de la mano de la verdad, por lo que una fuente o persona o grupo, `poseerá un mayor grado de credibilidad si no se ha visto involucrada en episodios o en sospechas reiteradas de que ha mentido o simplemente que no ha sido honesta en sus actos y actuaciones. 
                                                    

El uso que venimos haciendo desde 1992 de internet y por tanto debido a la información que nos procuramos muchas veces al no estar supervisada por nadie, nos hacen o intentan que creamos todo tipo de patrañas y mentiras con objeto de lograr sus espurios fines, ya sean en unas elecciones, en algún comportamiento de alguien importante o con la intención de hacernos creer barbaridades de Perogrullo, como que la tierra es plana, que el hombre no llegó a la luna, que no hay cambio climático, o que no vacunemos a los niños. 
Hay personas que se creen a pies juntillas lo que proclama su líder político, religioso o seudo científico, y rechazan todo lo de signo contrario a sus creencias o intereses, y en esto he visto a personas inteligentes y formadas, que se cierran y no quieren oír nada en contra.
                                                       
 
Les pasa a los nacionalistas catalanes y en menor medida a vascos y gallegos, que, dirigidos por una élite atávica y con fines inconfesables, sólo escuchan a estos y son incapaces de dialogar con el que piensa diferente, poniendo en duda todo lo que no abarque su estrecho mundo de ensueño. 
                                                   

Si quieres tener credibilidad con mayúsculas, las reglas son no mentir, no robar, ser honesto y ético, buen conversador y dialogante con el diferente, y sobre todo no intentar convencer con gritos o amenazas; con el que no piense igual, sólo cabe el diálogo educado y el cumplimiento de las leyes. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario