miércoles, 27 de octubre de 2010

Temores

Estaba perdiendo el tiempo

Casi soñando con algo.

Miraba adentro, sin ojos,

Solo podía plantearlo.

Superar fuego sin llama,

Nada podía apagarlo.

La mente en blanco y a oscuras,

¡Que es lo que estaba pasando!

Ya está huido tu miedo,

Están quietos los ruidos,

Y el pensamiento encogido

Mira las sombras de tus penas.

No pongas cara de asco

Porque siga entrando la vida,

¿Qué pretendes si es de día?

Si te enciendes de temores,

Tapa esa sombra cortada,

Con luna nueva de flores

Y no tapes tus vergüenzas

Que aún no llega tu hora,

Solo esperan tu presencia.







 
En Cizur Mayor a 27 de Octubre del 2010

lunes, 25 de octubre de 2010

El deporte y yo: Historia de un "Crack"


El primer recuerdo que se me viene a la mente de esfuerzo deportivo, es cuando a los siete u ocho años jugaba a las “bolas” o canicas con mis amigos. Las bolas las había de barro, china, cristal y las más cotizadas eran de acero. Yo tenía una gran bolsa de todas, que iba subiendo o bajando en función de la suerte en el juego. Qué pena que no lo hicieran deporte olímpico.
Cuando tenía sobre once años, llegó a mi colegio de los Maristas, un hermano joven con ideas propias para fomentar el deporte. A cada clase nos puso un color de camiseta o blusa y empezamos a competir con otras clases en casi todo. Futbol, baloncesto, balonmano, balonvolea, hockey sobre patines, frontón etc. A mí me gustaban sobre todos el hockey y el frontón. De este último llegamos mi amigo Fernando Mihura y yo a ser campeones del colegio. Pero nuestro gran desengaño llegó cuando competimos fuera contra la Universidad Laboral, donde dos vasquitos de 1,50 m. nos dejaron en ridículo.


                                                                               
En hockey jugaba de portero porque no sabía patinar, pero no me colaban ninguna y mi clase llegó a ser la mejor en su categoría. Al empezar los partidos me llevaban entre dos compañeros a la portería y luego me recogían. Pero mi “amor propio” hizo que aprendiera a patinar, pues esto era una vergüenza. Por fin debuté en un partido de liga yendo yo solo a la portería entre los aplausos de mis compañeros. Pero fue un mal estreno, pues me metieron siete y al siguiente partido fueron once. En fin que ahí acabó mi trayectoria de campeón.
A los 16 años me dio por apuntarme en la Escuela de Remo, donde antes de tocar una embarcación me pegaban unas palizas de gimnasia y de carreras de fondo de 40 km. que me dejaban exhausto, pero que hicieron de mi cuerpo algo que ya después nunca tuve. Mis pectorales eran autenticas tabletas de chocolate que causaban admiración. Por supuesto que ya remaba como el mejor, pero como soy un patoso, un día al subirme al skiff lo volqué y se hundió en el río. Entre todos y con la ayuda de una grúa lo sacamos, Entre el “accidente” y que me fui a la mili acabé con los barcos.


                                                                             
En la mili fui campeón de tiro con pistola y cetme, pero ya a punto de licenciarme tenía que ir al campeonato de España en Zaragoza, por lo que empecé a fallar ya que no quería seguir en el ejército durante seis meses más. Estuvieron a punto de arrestarme al darse cuenta de mi fechoría.
Ya de mayor y trabajando, me invitaron un grupo de amigos a jugar con ellos en un equipo de futbol sala. Jugaba de defensa y como no sabía, daba mucha leña y siempre me echaban. Pero mi final fue un día que al despejar un balón en el pabellón cubierto, le día un gran pelotazo a un foco y dejó todo a oscura, lo cual aproveché para vestirme y huir antes de que me vieran y tuviera que pagar el desaguisado. Me dejaron de hablar algunos, pero bueno así es la vida.


                                                                                 
También volví a jugar a frontón-pala en el chalet de un amigo, donde al intentar recoger una pelota me metí en la pierna contra una maceta, que hasta me dejó un geranio en la brecha que me hice.
Me apunté en una Escuela de Tenis durante un año, donde el monitor me dejó por imposible.
Pero por fin ahora estoy triunfando en dos deportes sin esfuerzo físico: Dominó y ajedrez, aparte de internet, que suplen mi “pasión” y fogosidad por el riesgo competitivo.
¡Ha! Y por supuesto desde mi sillón estoy aprendiendo mucha teoría de todos los deportes, sobre todo de los de riesgo que me encanta seguir.

Te digan lo que te digan,
No te cortes.
Lleva una vida tranquila,
Mucho vaso y mucho pote,
Y que le den al deporte.


En Cizur Mayor a 25 de Octubre del 20010







jueves, 14 de octubre de 2010

De multinacionales y sinvergüenzas

Hay grandes frases que no por parecer verdaderas sentencias, quieren decir que sean verdad. Esa de que “la justicia es igual para todos”,” la muerte nos iguala al final” o la que viene al caso, “el que contamina paga”. Mentiras y mentiras y más mentiras.

Fijémonos en el último desastre ecológico y humano acaecido en Hungría. Una empresa dedicada al aluminio MAL, hasta el nombre le viene bien, que causa ocho muertos, más de 150 heridos, cientos de desplazados y un desastre ecológico sin precedentes en el sudoeste del país. Y que según las primeras informaciones conocían el peligro de rotura de la balsa contaminante, pero prevalecieron criterios económicos para no arreglar nada, y aunque su director está en la cárcel y pronto lo dejarán libre ¿Con cargos? , papá Estado ha comprado la empresa, con lo cual pagarán todos para que unos sinvergüenzas se salgan una vez más con beneficio.


                                                                                
Para colmo de contrasentido, contratan a un experto belga, Lindstrom, que estuvo en Aznalcollar (España), cuando el desastre por la rotura de otra balsa de la empresa Boliden, y que se fue de España sin abonar ni uno solo de los 240 millones de euros que costó la reparación de la balsa y limpiar de lodos el entorno de Doñana. De ellos dijo por el año 2002 la que fuera ministra Loyola de Palacios: “una empresa golfa, muy sueca pero muy guarra”.

¿Recuerdan el desastre de la plataforma petrolera del Golfo de México? Ahí la empresa responsable del desastre fue la multinacional inglesa BP. 20.000 barriles diarios arrojados al mar durante tres meses, y su principal directivo en un campeonato de golf. De golfos que eso es lo que son.

Y lo más gracioso de esto es que los políticos ingleses presionando al presidente Obama para proteger los intereses de BP, ya que las acciones de esta compañía estaban bajando mucho en bolsa.


                                                                            

Recordar el mayor desastre industrial de la historia. Bhopal, India. Fuga de 42 toneladas de isocianato de metilo de una fábrica de pesticidas de la compañía estadounidense Unión Carbide. ¿Les pasó algo a los responsables de tantas muertes y desolación? Se zanjó con una multa que me extrañaría hubiesen pagado.

¿Y los pozos de Kuwait incendiados en la primera guerra del Golfo en 1991? ¿Y el desastre de la Central Nuclear de Chernóbil, Ucrania, en 1986?

Lo más reciente lo ocurrido en la mina San José, en Chile, donde después de 69 días han sido rescatados los 33 mineros sepultados por la negligencia de la dirección, multada en varias ocasiones, pero que no tenían ni una escalera de escape pata los mineros en caso de derrumbe. También el Estado se ha hecho cargo de la explotación. Aún estarían allí si por la empresa fuese. ¿Quién pagará el rescate y las indemnizaciones?


                                                                                         

Por todo ello os digo que siempre el responsable y pagano de todas las tropelías de estos apandadores es papá Estado.

NOSOTROS MISMOS.

Es decir que nosotros que reciclamos nuestra basura, pagamos nuestros impuestos aunque nos bajen el sueldo, pagamos nuestras multas y circulamos sin una gota de alcohol, pagamos los desastres ocasionados por esa pandilla de sinvergüenzas de traje, corbata, maletín y jet privado.

Creo que es el momento de revelarse ante tanto atropello. Seguirles el rastro a los productos de estas estafadoras multinacionales y boicotear la compra de sus productos, ya sean manufacturados o de materias primas.

Lo único que le queda al ciudadano de a pié, son las pequeñas venganzas, aunque nunca estaremos seguros de si son justas o no. Si nos equivocamos le echamos la culpa al Estado.



En Villanueva del Ariscal, a 14 de Octubre del 2010

jueves, 7 de octubre de 2010

Ciudad Eterna

Ya estábamos en Roma, aunque era casi de noche y se veía poco. Larga caminata desde el avión hasta el autobús que nos llevaría a la Estación Términi, en el centro de la ciudad. El autobús nos dejó tirados en el lateral de dicha estación, mi mujer, yo y mi bastón, intentando localizar las maletas en el vientre del bicho. Llevábamos un planito perfecto que nos llevó al hotel sin tener que preguntar. A todo esto gente ofreciéndote taxis, hoteles, espectáculos y un largo etcétera, en fin como en cualquier gran ciudad que vive del turismo.

El hotel y la bienvenida perfecta, cesta de uvas en la habitación con tarjeta de bienvenida y los mejores deseos de feliz estancia. Y lo mejor hablándonos todo el tiempo en español.

Nos fuimos después de organizar un poco nuestras pertenencias a un barito cercano con mesas en la acera, donde picamos algo y brindamos con vinito de la casa.

No voy a hablar, solo lo imprescindible, de las obligadas visitas turísticas a esta ciudad para mí decadente; viejos edificios, esa luz violentamente mortecina del atardecer contemplando las cúpulas y tejados de esta capital del mundo cristiano y no cristiano, para creyentes y ateos. Nuestra cultura occidental creo que aportó al mundo tres cosas incuestionables: La cultura griega, el derecho romano y el cristianismo.


La ciudad da una imagen de suciedad al pronto, pero realmente no está sucia, es la cantidad de grafitis que lo cubren todo por debajo de los dos metros, incluidos trenes, autobuses y por supuesto el metro.

El Coliseo increíble. Lástima que fuera esquilmado durante siglos, hasta que los romanos descubrieron que se podía cobrar 16 € por una visita guiada de cuarenta minutos. Había hasta gente disfrazada de soldados, dispuestos a hacerse una foto contigo por la mísera cantidad de diez euritos. “Porca miseria”.

Lo más espectacular de Roma, las plazas al final de cualquier calle. No sabes dónde estás, pero el espíritu agradece esa belleza espontánea de esa placita desierta, solo con palomas bebiendo de la fuente más o menos cristalina, y alguna que otra pareja solitaria hablándose de su amor y sus promesas y proyectos.


                                                                            

Pero nada comparable con la sorpresa de ir andando por la noche desde Plaza de España por tortuosas calles llenas de bares con mucha gente y de pronto aparecer la Fontana di Trevi, solo precedida por el ruido del agua. Preciosa si no fuera por la gran acumulación de turistas de todas partes del mundo, que no te dejan muchas veces ni hacerte la preceptiva foto.

Bendita ciudad que te permite ver los tesoros Vaticanos fríamente, sin que te perjudique en tu titubeante fe de carbonero. La realidad es que es un “Parque Temático”. Una ciudad-nación de 700 habitantes, con los sueldos más altos de Europa, que no pagan impuestos, que su farmacia dispone de los últimos avances farmacológicos a precios de risa y donde hay una carnicería que dispone de la mejor carne de Italia. Privilegios y privilegios al lado de gente que no tiene nada, y que cada día sale a ver si consigue algo que dar a su prole.

Me sorprendió que apenas caían unas gotas de lluvia, aparecían montones de vendedores con paraguas de viaje. Donde se huele dinero rápido proliferan las ofertas más extrañas. Os contaré una anécdota.

Después de llevar una hora en la cola para entrar en la basílica de San Pedro, Pilar que el día anterior había pasado mucho calor en la visita al Coliseo, llevaba un vestido sin mangas, por lo cual no nos dejaban entrar. Una policía nos indicó que fuéramos hacia donde estaba la tienda de Recuerdos. En la puerta una señorita nos vendió por cinco euros un pañuelo para que mi mujer tapara sus desnudeces.

En todo el centro te sorprende que en las calles existan tantas pizzerías, gelaterías y hoteles. El resto del comercio, en su mayoría, chinos, pakistaníes, iraníes, rumanos y gente de todos los países del mundo. Aquí la inmigración la ves en todas partes.


                                                                                   
Los servicios públicos, autobuses, metro, trenes, funcionan espectacularmente bien. Vimos mucha vigilancia en todos sitios, y eso que nos avisaron de los frecuentes robos a turistas. Me agradó ver como cuando subías al autobús o al metro y me veían con bastón, me cedían el asiento.

Tenías que estar ojo avizor con las cuentas de comidas y de todo, pues como pudieran te la metían doblá.

Unos días inolvidables en esta ciudad súper organizada para sacarte el máximo dinero posible.

Ah¡ y en las librerías que visité sólo vi a una autora española: Nerea Riesco, con su libro “El elefante de marfil”, que allí se llama “A la sombra de la Catedral”. Tampoco los periodicos italianos nombraban absolutamente nada de España.

Por fin el domingo me pude comer un filete y nada ni de pizza ni de pasta.

Arivederchi Roma.



En Villanueva del Ariscal a 7 de Octubre del 2010