lunes, 28 de mayo de 2012

Ansiedad


Por ahora, no voy a tener fuerzas para decirles la verdad. No quiero parecer acorralado porque haya perdido el trabajo. Pero… ¿Qué hago?
Mi mujer, mis hijos y sus caros colegios, la hipoteca de la casa, los dos coches. El tren de vida a lo que se han acostumbrado y yo he querido darles, ¡Siento tanto peso sobre mis espaldas!
                                                           
Tantos años en un puesto de demasiada  responsabilidad, partiéndome el alma en el empeño para que todo marchase, para que cada uno de los que tenía a mi cargo respondieran a las exigencias de la empresa, pero sobre todo el esfuerzo adicional que yo siempre les pedía.
“Seríamos los mejores. Éramos los mejores”. ¿Y ahora qué?
Por qué todo se fue a la mierda si teníamos ese espíritu combativo y conseguíamos todos los objetivos que nos marcaba la dirección, ¿Nuestra empresa? Ya no. Todo se acabó.

Once meses después.
No me reconozco. Yo que era tan prepotente, seguro y hasta un poco chulo, mendigando de puerta en puerta de mis conocidos, amigos y familiares un trabajo. De lo que sea y por lo que sea, pero ya no puedo más con este sin vivir, con esta tremenda humillación que se produce cada vez que me cierran una puerta o me niegan una capacidad para ocuparme de algo.

                                                              
Me he puesto al día de todo lo que hoy te exigen como importante: Informática, inglés, marketing, gestión y dirección, liderazgo y un largo etcétera por el que muchos habréis pasado. He intentado incluso hacer oposiciones a los organismos oficiales, pero con esto último no he podido, pues mi retentiva a los cincuenta años ya no es la que era.
Mi familia me ayuda en todo lo que puede, que no es mucho, dándome ánimos. Mi mujer cada día habla con todo el que conoce para conseguir algo para mí o para ella. Mi hijo antes de ayer, le dio a su madre cien euros porque había vendido su bicicleta. Cuando por la noche me lo contó mi mujer, rompí a llorar como una plañidera.
Muchos de los amigos de siempre, algunos que creíamos inseparables, vemos como se van retirando poco a poco, de uno en uno, de cuando en cuando. Parecen molestos por mi situación, y eso que no les pedimos nada más que nos encuentren un trabajo.

Diecinueve meses después.
¡Por fin un trabajo!
Después de mucho suplicar y pasarme de pesado para convencer al hermano de un ex compañero de colegio, he conseguido el trabajo.
No tiene nada que ver con mi cualificación ni con lo que hice antes, pero son 1600 € mensuales por catorce pagas. Soy el flamante nuevo portero-recepcionista-telefonista-recadero, del Real e Ilustre Colegio de Notarios y Agentes de la Propiedad.
No me querían dar el puesto porque con un currículo como el mío, decían que no me correspondía tan humilde trabajo, pero tanto he dado la lata que lo he conseguido.
A parte de esto, mi mujer ha abierto  con una amiga una floristería, con lo cual parece que empiezan a cambiar las cosas.
                                                                
Hemos malvendido la casa y nos hemos trasladado a un pisito la mar de coqueto, pero por lo menos ya no tenemos los 900 € mensuales de hipoteca. Nos hemos quedado sólo con el coche de mi mujer, ya que yo voy a ir y venir al trabajo en autobús y los días que haga bueno iré andando dando el paseo. Los niños siguen en sus colegios y con las clases particulares de inglés, ya que en educación no hemos querido escatimar.
Así que hemos empezado una nueva vida. Tenemos menos lujos pero ahora le puedo dedicar más tiempo a mi familia y estoy hecho un experto amo de casa, sobre todo en lo tocante a la cocina.
Me han reciclado y estoy relativamente contento.

sábado, 19 de mayo de 2012

Te echo de menos


No quiero que esto sea un hasta luego,
Ni un adiós tu seguro recuerdo,
Ni para siempre un te espero,
Ni hasta que nos veamos, no sé si lo quiero.
 Pensar en contra del  desánimo de la extrañada muerte,
Que vives en nosotros, con los nuestros,
Que nos reímos contigo, que seguimos la broma,
Que aunque nos veíamos poco sabíamos,
Que nos teníamos para el amor o el desaliento.
No quiero que tu familia, que es la mía,
Sea ajena al cariño que te tengo.
¡Macarena guapa, guapa y guapa ¡
Que estás allí  con Dios dónde  estás,
Jamás nos dejes solos,
Tennos contigo en tu pensamiento.


Hoy que es un recuerdo



Comida Navidad con la familia

Celebración 80 años Eduardo en familia
                                                                                                             

sábado, 12 de mayo de 2012

"La verdad de las mentiras"


Le tomo prestado al Nobel Vargas Llosa el título de su famoso libro para definir esto que quiero expresar, ya que no se me ocurre mejor frase.
Desde que hemos empezado a demoler el estado del bienestar, les da miedo a nuestros ministros llamarles a las cosas por su verdadero nombre, como si la ciudadanía fuéramos taraos mentales a los que no hay que asustar. A los recortes se les llama ahora “optimizar recursos”. He aquí un resumen cristalino como agua de manantial monclovita.
                                                             
Se pone precio a la sanidad para que continúe siendo gratuita y se expulsa de ella a determinados colectivos para que continúe siendo universal. Se liquidan los derechos laborales y se arrincona a los sindicatos criminalizándolos para poner a salvo los derechos de los trabajadores, y se penaliza al jubilado y al enfermo para salvaguardar a los colectivos más vulnerables o desfavorecidos.
En educación ponemos las tasas universitarias carísimas para defender la igualdad de oportunidades, premiando y estimulando su privatización para que continúe siendo pública.
A parte, ya que necesitamos mantener el orden público amnistiamos a los grandes delincuentes, ofrecemos  salidas honrozas a los que ocultan capitales en paraísos fiscales, mantienen la economía sumergida y blanquean dinero de la droga, pero metemos en la cárcel por cuatro años al que tire e incendie un contenedor.

                                                                 
Todo este programa de profundo calado no se puede poner en circulación sin mentir, pero al modo de los escritores, lo hacemos para que la verdad y la justicia resplandezcan en su majestuosidad.
Dentro de estas maneras huimos de los periodistas por el garaje y sólo aceptamos ruedas de prensa sin incómodas preguntas que tratan de desvirtuar nuestra buena fe de “padres de la patria” y hacedores del bienestar común.

                                                         
Nadie de buena voluntad pondrá en duda que hemos subido la electricidad, el gas, los trasportes públicos, etc., para que todo nos resulte más barato y que obedecemos al pié de la letra los germanófilos dictados de la Sra. Merkel para así garantizar nuestra independencia y soberanía.
Cualquier día dispondremos que los trenes y aviones salgan con más retraso para que lleguen puntuales a sus destinos.
Para mantener la independencia de la RTVE, vamos a tomarla al asalto ya que para eso hemos ganado las elecciones y para que prevalezca la pluralidad informativa.
Así mismo, le damos a Bankia 10.000 millones de euros del contribuyente, lo cual le negamos a la sanidad y a la educación. Esto es privatizar el beneficio de los grandes bancos y socializar las perdidas.
Cualquier día nos aplicarán martirio para ser acreedores del reino de los cielos y nos meterán a todos a la cárcel para mantener nuestras libertades.
Y encima quieren que no seamos pesimistas y pensemos  que no hay futuro porque no hay presente.
Ni hay remedios ni hay remediadores. No veo la salida. El PSOE y el PP han fracasado. A lo más que podemos aspirar es a no empeorar. Nos dicen que somos culpables, que lo tenemos merecido por vivir por encima de nuestras posibilidades.
Nos estamos creyendo lo que creen de nosotros y así no vamos a ninguna parte.

Desde el desánimo, a 12 de Mayo del 2012

domingo, 6 de mayo de 2012

Macarena


                                                            

Te fuiste como el primer soplo del viento al marcharse el estío hacia otros campos, a otros cielos sin llanto ni dolor, donde siempre es transparente el azul del cielo y el agua de las fuentes en el deshielo, donde la alegría de lo cotidiano ya es eterna y donde el sufrimiento humano da paso a la tranquilidad del bien infinito.
Tu espíritu y tu cuerpo por fin descansan, pero ¿Qué hacemos los que echamos de menos tu simpatía, tus risas, tus bromas, tu categoría de ser humano? ¿Cómo aliviar de tu partida a tu marido, a tus hijos, a todos los que te quisimos?
Qué verdad es que valoramos las cosas cuando se pierden, pero es que no nos resignamos a tu ausencia. Confiamos en que todo esto sea un mal sueño, una pesadilla y que en cualquier momento despertaremos y podremos hablar contigo, y contarte nuestras pequeñas guerras, algunas miserias y que tu tendrías, como siempre tuviste, una palabra de disculpa, un halago, una caricia para esa persona  de la que hablamos y con quien tropezamos en los criterios o en las razones.
¿Cómo decirte que te quiero si estás ausente? Pero es que te siento a mi lado o sobre mí gastándome una broma, o escuchando esa risa cristalina con que siempre  nos animabas.
La usencia es el olvido, pero nadie desaparece si se le recuerda, y tú puedes estar segura que nunca se nos irás del pensamiento y que cada vez que digamos Macarena, aunque veamos a la Madre de Dios en la madrugada del Viernes Santo, estaremos acordándonos de ti, porque fuiste buena esposa, compañera, madre y amiga.
Hasta siempre Macarena y procura desde donde estés, que Dios y su Madre cuiden de los tuyos y que nos bendigan.

                                                                

                                                               
                                                                 
                                                                  
Desde mi llanto, a 6 de Mayo del 2012