lunes, 28 de julio de 2014

El Higo Chumbo, motor de la economía

Ya que por desgracia corren malos tiempos incluso para el trabajo precario, he descubierto trajinando por la Red, una franquicia asequible a cualquiera.
No hacen falta estudios, ni experiencia, ni casi inversión y es unipersonal. Lo explico.
La empresa se llama Chumberal Marquet, y por el módico precio de 90 euros te facilita todo el kit que hace falta, eso sí; deberán comprarlo todo en el promotor de la franquicia, Ferretería “El Candado”, en Villanueva del Ariscal.
                                                                         


El genuino Higo Chumbo Hispano, tendrá que ser recogido por cada individuo personalmente, esto es, no se podrá mandar para esta penosa tarea a ningún becario, y arrancados de las abundantes higueras que existen a lo largo y ancho de nuestros caminos rurales o trochas, y en cantidades ajustadas a las ventas que se propongan en el día.
                                                                              


El precio final al cliente será el que estiméis cada uno, pero recomendamos que debe oscilar entre uno a dos euros la docena, y el trago de agua será obligatoriamente gratis.
El IVA irá incluido en el precio...seguro.

Contenido del kit franquiciado:
-Aparato para bajar los frutos de la chumbera sin joderte las manos (Foto adjunta).
                                                                             


-Mesa tipo desmontable o playera, complementada con una hamaca regulable en altura y plegable para poder transportarla al punto de venta(N) sin problemas.
-Enorme bolsa tipo Ikea para el transporte del producto, que por cierto, se debe pelar insitu y según demanda.
                                                                                 
     
-Royo bolsas de basura para cáscaras, tiritas usadas, etc....
-Búcaro de barro del modelo “Lebrija” que suministrará agua al chorro a cualquier consumidor de nuestros productos.
                                                                        


-Cien bolsas de plático para poner mercancia pipera.
-Botiquín primeros auxilios. (Ya descubriréis por qué).
                                                                             


(NPuntos de venta serán cualquier esquina de la ciudad siempre que no haya llegado nadie antes o de la que no nos echen los agentes municipales del ayuntamiento. (Se debe invitar a estos a varias consumiciones gratis para ganarnos su confianza y que no entorpezcan nuestro negocio)

Conocimiento sobre del Higo Chumbo (Opuntia ficus-indica de la familia de las cactáceas), pues así lo llamaban los romanos en el puto latín que siempre me cateaban.
                                                                              


Beneficios de este fruto:
-Para la diabetes, pues regula el azúcar en sangre, siempre y cuando no lo mezcles con mermelada de frambuesa.
-Reduce el colesterol por la fibra que contiene y por la pastillita que tomas por las noches.
-Para el hígado por las sustancias antioxidantes que contiene, y porque si.
-Protector de la mucosa gástrica debido a su potencial antiulceroso. (Bueno esto me lo he inventado)
-Para la tos, pues posee flavonoides que tiene propiedades antitusivas y si te pees a la vez, puedes romper la taza del wáter o cualquier bacinilla al uso.
-Astringente, pues se emplea como antidiarreico. Como abuses del producto, te lo van a tener que sacar del ano con un sacacorchos eléctrico.
-Para la memoria, (No me acuerdo por qué).
                                                                             


Peligros:
-Dermatitis producida por las púas de la piel en forma de gancho. (Duelen tela que yo lo sé).
-Personas con diverticulitis, ya que puede causar dolor abdominal después de un hartón. Ah…, y retortijones horrendos.
-Flatulencias, por la fibra. Recomiendo comerlos en soledad o cuando estamos rodeados de sordos o de quien pasa un quilo.
-Orina de color amarillo por el caroteno que contiene. No asustarse si el amarillo tira a dorado con espuma cuando la ingesta va acompañada de güisqui.
Bueno, pues creo que ya es hora de que te pongas manos a la obra y entres en nuestra web para empezar: higochumbonculero@ gmail.com.
Venga coño, que no tenemos todo el día.


Dedicado con todo mi cariñio a mi amigo Rafael Jimenez Portillo, que fue quien me dió la idea para este relato veraniego.

lunes, 21 de julio de 2014

Aquí no es

¿Qué nos está pasando? ¿Por qué no vomitan nuestras sensibles conciencias? ¿Es que ya sólo nos preocupa lo que tenemos al alcance de la mano?
Incluso a veces ni eso, ya que hemos llegado a un punto de indolencia que sólo nos apremia las exigencias perentorias de nuestro organismo.
Con los pelos de punta, asqueado y dejando la mañanera tostada a medias, me quedé cuando después de escuchar las últimas noticias de esta residencia psiquiátrica llamada mundo, me tendí en el sillón sin ganas de moverme e intentando digerir los horrores que habían escuchado mis oídos.
                                                                         


Quinientos muertos en la Franja de Gaza (diez milicianos), donde los israelíes atacan a Hamás, la milicia terrorista palestina, pero llevándose por delante como victimas colaterales a ancianos, mujeres y niños, y produciendo que 80.000 personas salgan corriendo de sus casas para ir ¿A dónde?
Me imagino yo, yo mismo, teniendo que salir corriendo de mi casa porque una bomba está cayendo sobre ella, en pijama, tirando de mi familia que se ha despertado con el ruido de las explosiones, y viendo cómo se desmorona lo que tanto esfuerzo nos costó conseguir, con los niños en brazos gritando aterrorizados y sin saber dónde está el lugar seguro para salvar por lo menos la vida, lo único que nos queda, aunque sea sufriendo y llorando más que nada por indignación y rabia, ya que nadie es capaz de justificarnos el por qué de lo que nos ocurre.
                                                                            


Y siguiendo con la asquerosa realidad cotidiana, ponerse en el pellejo del militar salvador que apretó el botón para que un mortífero misil, derribara el vuelo MH017 de las Malaysia Airlines que salió de Ámsterdam con cerca de 300 personas a bordo, creyendo que este glorioso acto de guerra acercaba más a su querida Donetsk, al este de Ucrania, a la amantísima madre Rusia.
¿Quién, y en nombre de qué y por qué, osará justificar este asesinato masivo?
Usted que va a un congreso sobre el Sida en Australia, o que quiere ir a pasar su luna de miel y el viaje de su vida con su mujer a Bali, o simplemente que estaba allí como muchas de esas casualidades terribles que se producen en la vida, ¿Por qué yo…, por qué me tocó a mí…?
                                                                                 


O pensar en las 200 niñas que tienen secuestradas unos terroristas islámicos en algún lugar de África, o en las guerras de Afganistán, Irak o las muertes por asesinato del narcotráfico en Colombia o en Méjico, en los “sin papeles” (embarazadas, jóvenes, niños), todos, que por llegar a la tierra prometida,  se los ha tragado el Mediterráneo, o en los locos que con un arsenal de armas compradas legalmente, se apostan en las afueras de un colegio o una universidad norteamericana  para matar, porque sí, a todo el que la casualidad quiso que estuviera en el lugar equivocado en el peor de los momentos.
                                                                            


Usted, yo o aquel, podemos o pueden dormir como si tal cosa, como que “esto está tan lejos…, y si no pasa aquí es como si no existiera…, es una película de terror y nada más. Son las noticias…del infra-mundo”.
Pero bueno, ya está; con decir que lo sabemos hemos tranquilizado nuestra mente. Por algo ocurrirá todo. Algo habrán hecho. Fue sin querer, sin pensar en las consecuencias. Al fin se arreglará, aunque puede ser que otro foco de llamas surja de unas cenizas que creíamos apagadas.
                                                                              


Ya está. A seguir con las faenas de la casa, a estudiar o con el trabajo, que ahora me controlan hasta el café de la mañana.

Mi mundo es lo que controlo. El día que algo pase aquí, me meto en la cama y me tapo la cabeza, como la antigua y nueva estrategia del avestruz.
                                                                               

lunes, 14 de julio de 2014

"...y sin embargo se mueve..."

Viene al pelo en estos tiempos de política convulsa, recordar el paralelismo con aquel tiempo en que los tribunales eclesiásticos declaraban herética y condenable cualquier idea avanzada u opinión contraria a la doctrina vaticanista del momento, y cómo Galileo Galilei se tuvo que retractar en un escrito dirigido al Santo Oficio, el 22 de junio del año 1633, de que “… el sol era el centro del mundo e inmóvil, y que la tierra no era el centro y que se movía…”, pero una vez entregado y firmado el documento, murmuró: “…y sin embargo se mueve…”.
                                                                           


En esta actualidad patria, donde los periódicos airean los escándalos y corruptelas políticas cada uno según su ideología de cabecera, atacando a los partidos de izquierdas y sindicatos unos, y los otros atacando a la patronal y a la derecha de todas la vida, no hay que matar al mensajero que publica lo que los tribunales dictan, sino analizar y separar lo que es opinión y lo que es delito demostrado ante los jueces, pues muchas veces estos mismos rotativos por conseguir ventas, acaban con la vida pública de personas honradas exentas de culpas, pero que las meras sospechas han destrozado de por vida. Entonces sí que hay que matar al mensajero, o por lo menos obligarles a que publiquen con los mismos caracteres que infamaron, su rectificación y reposición del buen nombre de las personas atacadas injustamente.
Y a pesar de todos los pesares el país sigue respirando y marchando, a pesar de toda la carga que tienen que soportar estos ejes de carreta, y aguantar como si fuera normal, que se metan palos en las ruedas para colapsar a este sufrido estado.
                                                                            


Ha pasado el tiempo en que el personal se rasgaba las vestiduras ante un escándalo financiero, político o de cualquier otra índole, pues ya se encargan nuestros medios informativos de tirarnos cada mañana toda esta mierda a la cara, pero que ya lo vemos como una normalidad de la marcha de esta maquinaria enorme llamada España.
“…y sin embargo se mueve…”, a pesar de los Bárcenas, los “ERES” de Andalucía, las irregularidades en la financiación de los partidos políticos, de la patronal y los sindicatos, de la asquerosa lepra de la Comunidad Valenciana, de Baleares, de Galicia, de Madrid, de… , “…y sin embargo se mueve…”.
                                                                           


 Incluso a pesar de las leyes injustas que se dictan para congraciarse con los poderes fácticos; se les dice una cosa a tus votantes y luego se hace lo que le da la real gana a tanto ministro que hubiera estado gustoso en un tribunal de la Inquisición en el siglo XVII, y se demoniza a todo el que sale a la calle a defender los escasos derechos que nos están dejando.
Si amigos, aunque me metan en la cárcel seguiré diciendo mi verdad: “…y sin embargo se mueve…”.


domingo, 6 de julio de 2014

Jodida vida

Nací en una familia desestructurada siendo el vástago once o doce de los que mi madre había parido, por supuesto de diferentes padres, pues ella nunca se estaba quieta en ningún lugar y mis hermanos eran acogidos, como supe al tiempo, por distintas familias; y es que mi progenitora sólo vivía para ella misma.
Yo seguí el camino de mis hermanos siendo adoptado por una familia, y tuve la suerte de que me mimaran desde el primer momento, bien porque me vieran indefenso o por ser bonito y juguetón.
Comía lo que se me antojaba en cada momento, tenía mi propia cama para dormir, y no me faltaban juguetes con que entretenerme cuando llegaba a casa harto ya de chucherías y de pasear por el contorno del barrio, de la mano siempre de alguno de mis acogedores bienhechores.
Me llevaban a curar cuando estaba enfermo o a ponerme las vacunas preceptivas, incluso una vez me salvaron de morir ahogado con un hueso que se me cruzó en el esófago.
                                                                                


Pero al crecer cambió mi forma de ser alegre y tranquilo,  empezando una larga época de trastadas y fechorías que ya no me reían, con lo que me castigaban una y otra vez sin que por ello yo enderezara mi carácter.
Rompía sin venir a cuento ropas, muebles y cualquier cosa que se me pusiera a tiro cuando se me cruzaban los cables, y si me castigaban de alguna manera, me vengaba donde más les hiciera daño, por lo que la situación se les volvió o se la hice insoportable a estas buenas personas y decidieron que aquello no podía continuar así.
                                                                         


Un día en que hice una terrible canallada que no viene a cuento relatar, me metieron en el coche y sin que me pudiera creer lo que ocurría, me dejaron en un caserón enorme donde había más inadaptados como yo.
Allí se comía y se dormía a golpe de silbato, y si hacías algo inconveniente, te aislaban sin contemplaciones en un cuarto oscuro comiendo y bebiendo sólo lo justo para no morirte.
Yo añoraba terriblemente lo que había perdido, pero ni por eso cambiaba  mi carácter, por lo que un día en un descuido me escapé de mi reclusión, y ahora ando vagando por lo largo y ancho del mundo.
Si. Como habrán adivinado soy un puto perro callejero, que sigo sin arrepentirme de nada, aunque recuerde con nostalgia la época en que no tenía que luchar por un trozo de pan duro o un reseco hueso, duermo donde puedo mojado o  seco, y tengo que aguantarme cuando los niños me apedrean o algún mayor me pega una patada para echarme porque estorbo.
                                                                              


No tengo remedio, pues no me arrepiento de nada y odio con toda mi alma perruna a la humanidad, pero te puedo decir que sólo se aprecia lo bueno cuando ya sólo te dejan las sobras.


En “San Fermín”, a 7 de julio del 2014