sábado, 7 de noviembre de 2015

Los tropiezos de "La Gari"

Para quien no lo sepa, “la Gari”, no es sólo mi cuñada, sino una hermana alegre, protectora, buena esposa, madre, y de un tiempo a esta parte la “multiabuela positiva”, ya que está siempre pendiente de sus nietos que la quieren con locura y con los que se involucra en sus problemas, penas y como no, compartiendo sus alegrías.
Tanto es así, que dos de sus nietas, Irene y Piluca, se la llevaron invitada de turismo a su Italia querida, visitando Florencia, Milán y Venecia, y en esta bella ciudad fue donde se cayó la última vez.
Después de elegir la góndola donde se quería pasear, y al gondolero más guapo, tuvo la necesidad de ir a un servicio o “pipiroom”, y después de mucho buscarlo, entró en uno de estos que ya empiezan a proliferar en nuestras ciudades más turísticas, donde no se cortan cobrándote 1,50 € por una simple meadita o cualquier desahogo intestinal.
                                                                   


Pues bien, a la salida, no vio dos escaloncillos que tenía, dando su caída menos glamurosa de todo su historial de batacazos, doblándose el tobillo con la hinchazón correspondiente, pero esto no la privó de seguir como si tal cosa con las visitas programadas para no fastidiar a sus niñas, aunque lo que de verdad la alivió a parte del Ibuprofeno, fueron las correspondientes libaciones del Limonchelo, del cual cada día se ponía hasta el nivel en tan grata compañía, pues las nenas no se cortaban yéndole a la par.
Esta fue la última de su larga trayectoria de accidentes, y  ahora os voy a contar algunos de los que recuerdo.
                                                                      


Uno de los más antiguos fue en un cumpleaños de mi hermano Eduardo, su marido, y ocurrió que al bajarse del coche con las dos manos ocupadas con sendas tartas, se le dobló el tobillo cayendo al suelo con la clavícula rota. Las tartas ya os imaginareis cómo quedaron.
Otra vez, intentando cruzar por Luis Montoto, un taxi dando marcha atrás la tiró, y esta vez hasta  hubo sangre.
En otra ocasión, el carrillo de un chatarrero que rodaba sin control por un paso de cebra, también dio con sus magullados huesos en el suelo,
                                                                  


Uno de los que mejor recuerdo tiene, fue en la puerta del Parque de Bomberos, donde estando ya en el suelo se le acercó un turista para ayudarla, pero ella interpuso su mano para esperar a tres bomberos macizos que atentos y diligentes, la cogieron en volandas. Se le puso cara bobalicona y hasta estuvo a punto de que se le callera la baba, pero se acordó de su marido.
                                                                  


Y como no podía faltar en este historial el folclore de las romerías, pues sí, también tuvo un incidente  viendo la salida de la Hermandad de Gines del Rocío, donde estaba escuchando decir, “pues a una señora la ha pisado un caballo”, y resulto que había sido a ella y casi ni se había dado cuenta.
                                                                   


Pero la mejor caída, la más glamurosa, fue en Los Reales Alcázares de Sevilla, maravilla mudéjar y primer palacio que un rey castellano, Pedro I de Castilla, construyó sin estar defendido por las murallas de un castillo.
Pues bien. Dicho porrazo fue bajo la dorada cúpula del Salón de Embajadores, y hasta sus acompañantes le aplaudieron cuando ella se reía a la vez que le caían dos lágrimas por el intenso dolor tobillero.
                                                                        


Y ella con su alegría habitual, las cuenta como lo más natural del mundo, y es que como digo yo con un poco de mala uva, se cae para llamar la atención, pero yo desde aquí te digo:
“Cuñada, tu no necesitas hacerte notar, pues tu sola presencia ilumina tu entorno, y hace que tus acompañantes se sientan muy a gusto contigo”.
Quiero a “La Gari”, la “multiabuela positiva”.
                                                                        



En Villanueva del Ariscal, a 6 de Noviembre del 2015

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