lunes, 15 de abril de 2019

El candidato

Como posible vacuna ante el bombardeo electoral y electoralista que nos rodea en estos días, y a pesar de que estoy acostumbrado al rifi-rafe barriobajero al que ya nos tienen acostumbrado, y a pesar de que todos prometen y prometen para olvidarse al día siguiente de su elección, estoy convencido que este sistema, la democracia, es lo mejor y más justo para gobernarnos, y más convencido uno que como yo, ha conocido lo que es una dictadura, donde sólo por pensar o disentir diferente a la ortodoxia del régimen, te metían en la cárcel. 
                                                                  

Me quiero preguntar en voz alta para que todos lo sepan, cómo sería mi candidato ideal y al que votaría sin pensármelo dos veces, independientemente al partido al que pertenezca. 
Por supuesto tendría que ser una persona honrada, y aunque esto es muy ambiguo, explico lo que para mí es una persona honrada. 
                                                                  

El que no miente, el que ni roba ni ha robado, el que mantiene su palabra y sus promesas, el que es capaz de renunciar a lo suyo por el bien común, el que lleva una vida ejemplar en su entorno y fuera de él. 
Otra virtud que le pediría a mi candidato es la credibilidad. Que defienda lo que dice y promete sin importarle agradar a este o a aquel grupo, cuando sus recetas y soluciones representen un bien común para la mayoría. Que no insulte ni ataque a ningún oponente, con verdad o sin ella, sino que se dedique a convencer con su programa, con lo que de verdad va a cumplir.
                                                                   
 

Que defienda sus ideas y su programa hasta las últimas consecuencias; cumpliéndolos. 
Que defienda a las clases desprotegidas: Pobres, inmigrantes, niños desprotegidos, mujeres maltratadas, colectivos minoritarios, jubilados, desempleados, etc... 
Preocupación por las políticas sociales y que provea recursos suficientes para lo público: sanidad, educación, medio ambiente, igualdad de género, investigación.
                                                               
    
 
Que no haga recaer los mayores impuestos sobre las clases pobres y medias, sino que tengan que aportar más los que más tienen: grandes corporaciones, empresas tecnológicas multimillonarias, grandes fortunas, directivos y concejeros del Ibex 35, multinacionales, bancos y donde haya dinero en abundancia, penalizando el dinero negro, el fraude, la corrupción, “la ingeniería financiera”, los contratos fraudulentos y abusivos. 
Que erradique la pobreza, el chabolismo, la indefensión del débil. 
                                                                   

En resumen, le pediría, que fuera consciente de que se debe al que lo ha votado, que debe prevalecer el bien de las gentes y sus intereses, antes que los de su partido y al suyo propio. 
Si, todo esto le pediría. Espero que me aportéis personas que puedan encajar en estos criterios. 

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