domingo, 21 de noviembre de 2010

A mi amigo Fernando

Hace una tarde de perros. Llueve, hace un frío otoñal que, unido a mí desgana para escribir, me hacen sentir peor de lo que estoy.

                                                                            


El desgarro interior que tengo, solo es comparable a cuando te operan sin anestesia. Te planteas la mierda de vida que vivimos, aún creyéndonos que estamos en el paraíso, por el solo hecho de tener dinero para tomarnos una copa con la parienta o echar cincuenta euros a la lotería o los cupones, ver al Betis en el Plús del bar e irnos una semana de vacaciones a Canarias.
Aún sabiendo que no nos dará nada de felicidad continuada y que perderemos toda ilusión en el momento que pase. Y es que desde que murió mi amigo y hermano Fernando, nada es igual en mi vida. Mi depresión, ansiedad, unidas a una indolencia que nunca antes había sentido, me tienen como si hubiese tomado LSD.


                                                                             

 
Quiero llorar contigo tu ausencia, ¿Tu muerte?

Tú estás ahí aunque no te veamos, ¡Que importa si te intuimos y te sentimos cercano?

Tenemos una parte en ti y tú en nosotros, tú en mí sobre todo, ya que te siento en cada gesto que hago o en cada situación que vivo.

Cómo no recordar el verano que nos hemos pasado juntos, yo recogiéndote en tu casa para que no te asfixiaras porque no podías andar, e íbamos a comprar la prensa, a desayunar, e incluso a la Plaza de Abastos porque querías haces unos chipirones a la Riojana.


                                                                                 

Qué gran huella has dejado en nosotros, que gran vacío me has dejado. El último día que hablamos y te dije que me iba a comer la chistorra que había traído de Pamplona y me dijiste:” Si tienes cojones te la comes sin esperarme”. No amigo, la guardo para cuando nos veamos donde sea y si no, se la doy a quien sea pero no te preocupes. Ya compraremos otras.

Amigo, cómo no recordar tu risa y tu sarcasmo, tus improperios. Pero también tus carcajadas tontas y contagiosas, tus insultos benevolentes que nadie te tenía en cuenta, porque sabías decirlos.

Las Ferias de Abril que nos hemos tirado desde el medio día hasta madrugada, con flamencos, rocieros y todo el que se unía a nosotros. “Que nos quiten lo bailao”, que diría el castizo.

                                                                            
No me sale el grito roto que tengo en la garganta para anunciar tu muerte, amigo. No sé si seré capaz de ir a los sitios donde íbamos, porque siempre te echaré de menos.

No me quedan lágrimas, y se me ha olvidado la risa. Tu ausencia lo invade todo.

No se divertirme sin ti al lado, con tus medias frases y tus inoportunidades.

No. No puedo soportar tu ausencia, amigo, hemano.

AMIGO.

Donde quieras que estés guárdame un sitio a tu lado.

Te quiero hermano, te quiero amigo del alma, te quiero Fernando.

6 comentarios:

  1. El vacio que nos dejan nuestros seres queridos cuando continuan camino no es sondable y se instala en nosotros agujereanado el alma sin arreglo posible.
    Ellos se marchan pero en nosotros continuaran siempre vivos.
    Mil besos amigo

    ResponderEliminar
  2. Estimado José Manuel:


    Para tí, más que ánimos, te daria una gran y merecida medalla en agradecimiento por lo que hiciste con Fernando durante su desgraciada y fatal enfermedad ,le fuiste fiel hasta las últimas consecuecias,¡esas mismas!la que por ahora nadie de los mortales podemos aún arreglar.
    Sabes, a las buenas personas se les recuerdan por sus valores,genio y humor, cualidades que el amigo Fernando las reunia dentro de su personalidad.
    Por tanto, le deseo al amigo Fernando un descanso como él se merece. por lo mucho y bueno que nos ha dejado:

    ...Y que en los infinitos rios
    de Tu Paraiso pueda pescar
    eternamente.

    hasta siempre amigo Fernando.

    ResponderEliminar
  3. José Manuel, tus sentidas palabras por la perdida del mas que amigo, hermano Fernando, son el mejor regalo a su recuerdo.

    Su enorme personalidad, su franqueza, la gracia en su manera directa de comunicarse con todos, y sobre todo su bonhomía, tendrá siempre un hueco en mi memoria.

    Desde el sentimiento compartido por su perdida, te mando un abrazo.

    Pedro de Seras

    ResponderEliminar
  4. Muchas gracias por tus palabras, Pedro. El desgarro interior que siento es lo que me ha hecho escribir esto. Fernando siempre estará con nosotros.
    Un abrazo
    José Manuel

    ResponderEliminar
  5. Amigo, eres el mejor, el más grande, solo comparable a el que se nos ha ido. El único al que le consentí insultarme, porque como tú dices, sabía decirlo.
    ¡Qué nos quiten lo bailao!, e intentaremos seguir los demás juntos en memoria de él.

    Te queremos, Loli y Quino

    ResponderEliminar
  6. impresionante.
    solo me gustaria que cuando llegue mi momento tenga tantos amigos como ha dejado fernanfo y que alguno, aunque solo sea uno, sea tan buen amigo (hermano) como lo has sido tu.

    solo quiero un amigo como tu.

    un abrazo. juanito

    ResponderEliminar