lunes, 21 de octubre de 2019

Furia


Estás vestido, tirado en la cama, y con la mirada desenfocada mirando pensativamente el blanco techo de tu habitación y las bombillitas alógenas apagadas, y en tu pecho empieza a subir un “soufflé” de ira, que a lo mejor es debido a que te dejó tu novia, o porque vas a volver a estancarte otra vez en el mismo curso, o que estás sin empleo, sin dinero y vas a tener que volver a tu casa de donde te marchaste para no volver.
                                                                    


Tienes veinte años, y en tu interior hierve la impotencia por el fracaso y la ira va subiendo poco a poco en tu pecho, y sin quererlo, sientes dentro de ti una furia que, como una olla a presión, necesita una válvula porque si no, explotarás y ya no habrá más, porque lo que venga, no lo podrás controlar.
Te bajas al bar que frecuentas tus amigos, y antes que ninguno llegue, ya te has bebido tres o cuatro cervezas dándole vueltas a la cabeza sin que la presión interior disminuya, pues no encuentras ninguna razón para moderarte. Todo tu cuerpo te pide reventar por algún lado.
                                                                        


Y es cuando llegan dos colegas, que enseñándote unos avisos en el móvil, te invitan a ir con ellos a romper lo que sea: cristales, mobiliario urbano o la cabeza de algún policía. Igual da con tal de liberar esa presión interior que te asfixia.
Sin saber ni contra quienes ni el por qué, te encuentras tirando adoquines, quemando contenedores, rompiendo escaparates, y sin saber de qué va toda esta algarada, eres de los más fieros, porque sólo te importa soltar adrenalina y bajar ese peso de fracaso personal que se encierra dentro de ti.
                                                                       


No hay causa, pero los hechos hablan por ti, y en un momento determinado, te encuentras herido en el suelo, solo, rodeado de guardias antidisturbios que te meten en un furgón y te llevan primero a curarte y luego a la cárcel hasta que un juez dictamine si tu delito tiene castigo y cual.
                                                                       


A la salida del juzgado no están tus amigos, ni simpatizantes de la causa que motivó la algarada violenta. Sólo tu madre esperándote, y cuando te abraza, te desmoronas y lloras desconsoladamente, y cuando ya no te quedan más lágrimas, te sientes mejor.
No has arreglado ni solucionado nada. Sólo has soltado la furia que te embargaba.

1 comentario:

  1. Slot Machines - MGM Springfield | Jtm Hub
    Play all your favorite classic slot 원주 출장샵 machines from 안성 출장안마 the comfort of your own home or office. Take advantage of our great 파주 출장마사지 selection 춘천 출장안마 of new and used slot machines at JTM 광주 출장마사지

    ResponderEliminar