Después de
casi una semana de habernos proclamado flamantes campeones por segunda vez
consecutiva de la Eurocopa, se me ocurren algunas consideraciones sobre tan
exitoso evento que hemos hecho propio, ya sea por la falta de buenas noticias
económicas o porque ha servido para estar de acuerdo todos en algo glorioso: La
Selección Española de Futbol.
Y es que a través
de nuestros jugadores hemos dado a todo el mundo una imagen de país en clave
positiva, ya que aparte de demostrar en el campo que somos los mejores,
nuestros muchachos han trasmitido una gran clase como personas humanas por su
juego limpio, por su sencillez, por haber sabido apartarse de las bravuconadas
o palabrerías chulescas a la que tan acostumbrados estamos en los grandes
campeones. Precioso el detalle de hacerle el pasillo a los italianos, como justos
subcampeones.
Otra cosa
que me ha llamado la atención es que algunas personas y algunos medios de comunicación,
se han sentido ofendidos o contrariados porque a nuestra selección se le llame “La
Roja”, pensando estos en una reminiscencia de nuestra antigua Guerra Civil,
donde los rojos republicanos y de izquierdas eran los malos, cuando la
verdadera razón del sobrenombre, es el color de la CAMISETA OFICIAL DE NUESTRA
SELECCIÓN.
Los mismos
que cuando suena el himno nacional en España silban, pienso yo que por choteo,
cuando están en el extranjero no sólo no lo silban, sino que al no tener letra
nuestro himno, lo acompañan con el ”lala, lala, lalalalala lalanlan la …” , aplauden
a la “Roja”, y saltan como acróbatas cantando “soy español, español, español”.
Otro
contrasentido es, que en algunas redes sociales y en algunas televisiones se
haya hecho campaña para que el premio económico de 300.000 euros recibidos por
cada jugador como justa recompensa, tenga que ser donado a ONGS o a los damnificados
en los incendios de Valencia.
¿Por qué,
siendo justa compensación por un trabajo bien hecho?
Yo me pregunto
si estas personas que promueven la caridad para los demás, serían capaces de
dar su paga de beneficios, sus comisiones o sus pagas extraordinarias para esos
mismos fines que proclaman como obligatorios para los demás. Como muy bien dijo
Andrés Iniesta cuando lo entrevistaron, “cada uno hará con su dinero lo que
quiera”. Por supuesto.
Son tiempos
de grandes incertidumbres por la falta de trabajo o por el miedo a perder
nuestro puesto, porque vivimos expectantes a las noticias normalmente malas
para nuestra prima de riesgo, para nuestras bolsas y para las pequeñas y medianas
empresas, para los autónomos y para los jubilados y pensionistas.
Es difícil escuchar
buenas noticias, por lo que cuando vemos a nuestra querida selección jugando al
futbol y ganándolo todo, nos olvidamos momentáneamente de nuestras miserias y
nos sentimos orgullosos de ser españoles.
Que vengan
muchas noticias como esta. Algo es algo, y el que no se alegre es cascarón de
huevo.
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