domingo, 17 de agosto de 2014

Tolerancia e intolerantes

Según la definición que hace la Real Academia de la Lengua Española, tolerancia es el respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias.
Dicho esto me quiero referir a las personas, hombres y mujeres, y a las situaciones que se producen a diario en nuestro entorno más cercano difíciles de controlar, a pesar de que muchas veces nos llenamos de paciencia para no entrar en discusiones vanas, pues nunca convenceremos a este tipo de personas que son intolerantes por definición, y su discurso es imposible cambiarlo incluso con evidencias que tiren por tierra sus argumentos, pues gritarán más que los demás y nunca te dejaran hablar.
Normalmente estas discusiones se refieren a temas de política, religión o futbol, o cualquier otro tema que estos energúmenos crean a “pies juntillas” y lo consideren su bandera, aunque no haya argumentario para defender estas necedades que salen por sus bocas normalmente acompañadas de salivillas.
                                                                      


Yo siempre he creído, que ya sólo por la forma de decirlo muchas veces se pierde la razón, pues ellos no buscan la verdad que les da igual, sino su opinión que estiman superior a la de los demás.
Y así nos encontramos a menudo, cómo ante la falta de razonamientos convincentes, recurren al insulto y a las descalificaciones, y todo esto a gritos, con las venas de la garganta señaladas, y rojos de ira a punto del infarto, pues sus pulsaciones se pueden triplicar.
Sin embargo, suelen ser personas correctas cuando se habla distendidamente de temas intrascendentes o en los que ellos están de acuerdo.
                                                                         


Si son nacionalistas españoles, vascos, catalanes, o gallegos, tendrán su casa llenas de banderas, de libros afines y fotos de sus líderes, vestirán en los momentos señalados, con corbatas, pulseras, camisas o cualquier otro objeto que les haga definirse “a priori” de por dónde van sus creencias, simpatías o pasiones.
Son gente de pocos amigos, pues es muy difícil estar cerca de estas personas si no se demuestra continuamente una lealtad inquebrantable a su pensamiento, y si esto sucede por apocamiento de carácter o empatía, este individuo se encontrará con que sus ideas no son propias, sino que es una correa de transmisión de las de su amigo intolerante.
                                                                              


Estas personas se manifiestan como fieras normalmente, en reuniones familiares de celebraciones de santos, cumpleaños, bodas y bautizos y también en eventos de Navidad o en reuniones de empresa, en este caso, siempre que esta opinión esté en consonancia con la del jefe, si no se callan para mejor ocasión en donde ellos puedan ser protagonistas.
¿Cómo evitar estas situaciones cuando es inevitable la presencia de estos caníbales de la palabra?
                                                                             


Pues os recomiendo mi método: no entrar al trapo, cambiar si se puede de conversación, o callarte y no responder a las provocaciones o a los insultos, tampoco te rías, pues es peor, ya que lo pueden entender como un desprecio y son capaces de llegar a las manos.
Y si usted es uno de ellos y quiere controlarse, cuente hasta mil cuando aparezcan esos temas que a usted lo sacan de quicio, beba agua, gaseosa o zumos, nunca alcohol, ya que esto puede ser una bomba de relojería y potenciar sus más feroces discursos intolerantes.


3 comentarios:

  1. Muchas veces esa intolerancia son fruto de la ignorancia, de la educación a la que han sido sometidos o simplemente una pose, pero como bien dices están viven entre nosotros y buscan imponer sus ideas, así que no los debemos menospreciar porque el resultado es siempre el mismo: Trifulca monumental en la que gana siempre aquel que es menos respetuoso y educado, ósea ELLOS

    Un besote amigo

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  2. Gracias por vuestros comentarios, aunque preferiría que los anónimos se identificaran.

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