lunes, 18 de mayo de 2015

Calcetines

Estaba viendo la tele con mi mujer, y como es incapaz de estarse quieta mucho rato, emparejaba calcetines míos después de lavarlos y secarlos, y al terminar me hizo un comentario:
Hay que ver, que siempre que lavo tus calcetines, siempre me falta uno, y tengo ya un montón desparejados”.
                                                                   


Aquello llamó mi curiosidad malsana, y decidí hacer una investigación entre amigos y amigas por ver si a ellos les pasaba lo mismo; y efectivamente así era.
Mi madre, cuando le pasaba esto, los emparejaba por colores y si uno era más largo que otro, decía: “pues te bajas un poco el más largo y ya está”.
Tengo una amiga, que dice que empezó a echar los desparejados en una cubito, pero que ahora son tantos que ha tenido que pasarlos a un barreño, y es que según ella, hay veces que aparecen al cabo del tiempo e incluso le han aparecido en su lavadora calcetines del vecino, lo cual será un tema que habrá que investigar de forma separada, por las consiguientes connotaciones a que podría dar lugar.
                                                                 


Y es curioso, que mis investigaciones me llevaron a rebuscar en la lavadora después de los lavados sin resultados, incluso a hacerles un nudo por parejas antes de lavarlos, pues bien; sigue faltando siempre uno.
Es más, empecé a echarlos separándolos del resto de ropa, y a la tercera vez de hacerlo, apareció una nota que decía: “Si no me echas calcetines, empiezo con las bragas”. ¡La leche que mamó la puta lavadora!
Ya me diréis si esto no es para cabrearse, incluso es para escribir una enciclopedia monográfica sólo con las vicisitudes que las amas de casa pueden contar sobre dicho complemento. Y es curioso que incluso cuando se les pone legía en el lavado aún es peor, pues entonces uno de la pareja sale de un tono diferente al otro.
                                                                  


¡Misterios de las ciencia del lavado a máquina!, que tendría que dar lugar a un profundo y minucioso estudio sobre el tema que tanto nos afecta, pues a mí me ha pasado alguna vez y con vergüenza, darme cuenta al cruzar las piernas, que mis calcetines eran de un azul diferente cada uno.
Pero para terminar, tengo que constatar que a mí cuando estaba fuera de casa varias semanas por estudios, no perdía nunca los susodichos calcetines, pues sólo tenía los puestos y otros. O sea, que cuando los lavaba a mano en el lavabo de mi pensión, tenía puestos unos y restregaba otros, con lo cual nunca los perdía de vista por si acaso.
                                                                        


Lo que si os pediré encarecidamente, que si a ustedes les pasa lo mismo y han resuelto el conflicto, me hagáis llegar la solución de tan impertinente problema que me tiene sin sueño.

Muchas gracias.

1 comentario:

  1. Has tocado un tema de suma importancia, al que tampoco soy capaz para mi desespere de darle solución. Creo que es una cosa más por la que voy a votar a la oposición esta vez, por su incapacidad para resolver los problemas que nos interesan y preocupan a la gente. No sé si Podemos lleva algo al respecto en su programa electoral. Pero igual que crecen las desigualdades, cada vez veo más diferentes mis calcetines

    ResponderEliminar