Te fuiste, amigo Manuel, sin ruido, mansamente y sin querer llamar la atención, humilde como eras ya que nunca te oí presumir de nada, en
una ventosa tarde del mes de mayo que parecía otoñal, y te fuiste
inesperadamente, como viene siempre la traicionera muerte, sin avisar.
Estabas en la mitad de la
vida, en esa edad donde hay que trabajar duro para sacar a la familia adelante,
tu querida hija Laura y tu amada esposa Loli, y
como podías con más, (aunque la taberna, donde tanto nos reíamos y que
era la casa común de innumerables amigos, te ocupaba desde el alba hasta bien
entrada la tarde), te embarcaste en arrancar los ciruelos de la herencia
paterna, para sembrar vides, para convertirte en bodeguero, agricultor, y un
montón de cosas más, hasta pisar tu propio mosto tan celebrado por propios y
extraños, para lo cual no dudaste en prepararte leyendo tratados, consultando a
los viejos bodegueros, y hasta rescataste una vieja prensa y la hiciste
funcionar.
Así y todo le seguías
echando una mano a quien te pedía ayuda, como en mi caso con la informática,
donde a pesar de ser autodidacta eras un gran entendido.
Aún recuerdo cuando
trabajabas haciendo tu casa antes de casarte, pues yo tenía el negocio enfrente
de tu bodega y te veía siempre ocupado, y hasta
la piscina que la hiciste casi solo. Siempre trabajando en beneficio de
los demás un poco más allá de tus fuerzas.
Te veía agotado pero
satisfecho, se te veía contento con lo que hacías, y hasta te nombraron Capataz
Mayor en una Fiesta de la Vendimia de tu querida Villanueva del Ariscal, donde Francisco, tu hermano e imaginero sin igual, fue
pregonero.
Ya tenías todo encarrilado,
habías aprendido a hacer las cosas igual de bien que el mejor; y se te veía agotado aunque lo disimulabas
debajo de ese buen humor que siempre te caracterizó.
Y te fuiste, y nos dejaste a
los amigos errantes sin saber a dónde ir, donde escuchar una risa y una ironía
fina y amable como la que vertías en tu conversación.
Pero dejas la semilla de tus
actos y tu bonhomía que nunca
olvidaremos para empezar algo
nuevo en otro sitio, ya que seguro
estarás liando a Dios y a su bendita Madre para empezar a preparar el
mejor mosto de las Viñas Celestiales.
Siempre estarás entre
nosotros, amigo.
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