jueves, 29 de noviembre de 2018

La alegría


La alegría es un estado emocional momentáneo e instantáneo. La alegría es considerada una emoción, o sea, una reacción física instintiva, y a pesar de ser temporal, la alegría es necesaria como una forma de enfrentarse a la vida, como un camino para alcanzar la felicidad.
                                                                 


La alegría se manifiesta en el cuerpo (está relejado), en los gestos de la cara (los ojos risueños y la risa de la boca), en la salud y en el estado anímico, y es considerada uno de los elementos más importantes a los que todo ser humano debería acceder para una buena calidad de vida.
                                                                   


Hay que distinguirla de la felicidad, que es un estado emocional que causa un efecto permanente y estable que se entrega a las causas de dicha felicidad, como el de una persona que es feliz por la familia que tiene, por disfrutar de sus hijos y nietos, o por alcanzar una posición deseada largamente y haber luchado por ella.
                                                                    


Una persona alegre es aquella que tiene tendencia a reírse y a estar de buen humor permanente. Según la psicología, la personalidad alegre o la capacidad de sentir alegría es una actitud importante para superar situaciones difíciles en la vida.
No debemos confundirla con la euforia de unos amigos que se han tomado unas copas y que cuentan graciosos chistes u ocurrencias, aunque alguno sea alegre aún sin probar el alcohol, ni con el manirroto que gasta mucho dinero: “tira el dinero alegremente”, decimos, o el que un día se va a un buen restaurante a darse un banquete de las cosas que le gustan pero que normalmente no se puede permitir: “me di una alegría”.
                                                                   


La palabra o el sentimiento enfrentado es la tristeza que hace incompatible la alegría, aunque sin embargo lo contrario es posible, y es pasar de un momento  alegre a  rompértelo una noticia o hecho triste que te hiela la sonrisa de la cara.
Hay personas de una alegría y ganas de vivir tan grandes, que la contagian a los demás, que son capaces de minimizar las tristezas o sacar del bache a alguna persona particularmente aprensiva, e incluso a algunas que tengan motivos para su estado preocupado o decaído.
                                                                      


Es en estos tiempos oscuros y convulsos donde cada día ponemos a prueba nuestras convicciones, creencias y preferencias más personales, cuando debemos recurrir a plantearnos las cosas de otra forma, y reírnos de todo aquello que no es importante para nuestro bienestar y la felicidad de los nuestros.
                                                                     


La alegría no nos asegura la felicidad eterna ni mucho menos, pero si puede influir fácilmente en el hecho de que disfrutemos más y mejor cada instante de la vida.
La alegría es parte de la vida y por eso su importancia es vital para hacer de la existencia algo a disfrutar en lugar de sufrir.

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