lunes, 9 de septiembre de 2019

Se acabó el verano


Los primeros gritos de algún pájaro mañanero, creo que un grajo, me semidespertaron aquel primer sábado de septiembre, y ya estaba a punto de levantarme cuando empezó a sonar una cacerolada, al principio pocos cacharros y tímidamente y luego ya en toda su estridencia, para recordarme que eran los niños de la urbanización, que de aquella forma tradicional, nos anunciaban la despedida de la temporada de vacaciones y el cierre de las zonas comunes de la piscina.
                                                                      


Me uní al coro de niños, madres y padres que recorrían “Las Casitas Blancas” despertando a los niños y vecinos que se les pegaban las sábanas, para ya después un poco más tarde, dirigirnos todos los que quisieran a desayunar en el chiringuito de la piscina.
                                                                     

Todos los críos y no tan críos, ya estaban sentados en una larga mesa preparada al efecto, cuando llegó Asunción, Margarita y Encarnita con los churros y el chocolate, y también una botella de anís dulce para el que quisiera una copita para bajar la pitanza.
                                                                        


Muchos amigos en una amable y distendida reunión, con la presencia del Sr. Presidente Esteban, del amigo Juan alma del espectáculo nocturno, realización, guión y dirección, que a pesar de su enfermedad dio un ejemplo de desinteresada colaboración.
Una vez finalizado el desayuno, empezaron los diferentes juegos infantiles, organizados por nuestro bañista Antonio, y con la aportación del material adecuado por Trini, pues a través de ella, nos lo cedió el ayuntamiento de Villanueva del Ariscal.
                                                                  




Ya a partir de las diez de la noche, empezaron las actuaciones de diferentes bailes, la proyección de imaginativos vídeos de los niños y otros trabajos de los mayores, y por supuesto un Noticiario de Las Casitas Blancas, realizado, dirigido y ejecutado brillantemente por nuestro amigo Juan, finalizando el acto con entrega de trofeos (con regalo especial para nuestro entrañable bañista Antonio), diplomas, flores y el reconocimiento y aplauso del numeroso vecindario.
                                                                  




Como acto final nos reunimos en una cena-bufet, cuyas viandas, bebidas y postres realizamos los propios vecinos, brindando en reiteradas ocasiones por los presentes y ausentes, y por que el próximo verano nos viéramos todos nuevamente.
Una Urbanización, “El Ariscal”, o como la conocen en el pueblo, “Las Casitas Blancas”, que veo renacer con todas las nuevas incorporaciones de parejas jóvenes que se han integrado maravillosamente con los más viejos del lugar.
                                                                        


Desearos a todos, una incorporación amable al nuevo tiempo de otoño: los niños a sus colegios, madres y padres a sus trabajos, y nosotros los viejos a retomar nuestra rutina.
Enhorabuena por vuestro ejemplo de convivencia y un abrazo a todos.

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