martes, 18 de diciembre de 2018

Otra vez Navidad


Otra vez 25 de diciembre, fun, fun, fun. Otra vez ese bombardeo de la televisión con perfumes que te convierten en un tipo con tabletas, en un hombre guapo y de éxito con coches envidiables, avión privado y rodeado de mujeres imposibles.
Para ellas, elixires de la eterna juventud, joyas, hombres jóvenes y ricos a su alcance, y  fiestas glamurosas donde eres la mujer fatal envidiada de todas y todos.
                                                                  


Si preguntásemos en la calle por el espíritu de la Navidad y si alguien te obsequiara levantando la mirada  del móvil, se quedaría tal vez pensativo pensando qué le preguntas y cuál será la respuesta acertada, sin pensar que la respuesta es fácil y la tienes dentro de ti.
Mientras, las calles y comercios engalanados que te reclaman a voces para que sonrías, te sientas bien y con ganas de comprar y divertirte, te lo exigen  imperativamente; irte de comidas y copas con esos amigos tan divertidos que tienes para cuando de fiesta se trata, pero que siempre estarán ocupados cuando les llamas porque los necesitas de verdad.
                                                                 


Por todas partes donde mires, “vuelve, vuelve a casa por Navidad con el…”, “la suerte está en compartir…”, “grandes descuentos si compras antes del 31 de diciembre”, etc…etc…etc…
Pocas personas miraran a su alrededor con ojos críticos y verán las carencias de esa pobre gente que cada día duerme al raso en un banco, dentro de algún cajero o en un portal que alguien se olvidó de cerrar con llave para que no entren indeseables y le den un susto.
                                                                 


Pocos serán los que se acuerden de esa pobre gente que huye de sus países en guerra o  de hambrunas y que mueren ahogadas en el mar, o esas otras ¡SOLAS! en hospitales, residencias de ancianos o campos de algún país que no los acoge,  porque no queda bonito recordar cosas malas en este tiempo de alegría; sólo las ONG se atreven a publicitarse por ver si a alguien le sobra alguna migaja para dar de comer a un pequeño africano durante una semana, o para que sin levantar la mirada del móvil, dones 1,20 € para vacunar a un pobre niño depauperado y terminal.
Sí. Por desgracia ese es el ambiente que nos rodea.
                                                                      

Pero por si alguien me lee y quiere enterarse, saber que se conmemora el nacimiento de Dios hecho hombre, en forma y manera no de risas desbordas y estipendios, sino que nació en un establo porque nadie le abrió sus puertas; pobre, con frío y acompañado sólo de animales y de sus padres, aunque después aparecieran más gente humilde para ayudar en el trance.
                                                                    


Y sí  La respuesta al espíritu de la Navidad está dentro de nosotros.
¡Feliz Navidad a todas la personas de buena voluntad!

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