miércoles, 5 de junio de 2019

Ejércitos

Hace unos días, se celebró en Sevilla el Día de las Fuerzas Armadas, y aparte de llamarme la atención el gran despliegue de medios, (cientos de soldados, muchos camiones, tanques y cañones, aviones de todo tipo, varias fragatas y un submarino, y muchas, muchas armas menores), me impresionó la masa humana que concurría al acontecimiento, celebrado en su desfile final en el Paseo de Colón, y estando la tribuna de autoridades frente al coso de la Real Maestranza, ruedo donde en una guerra particular ante el público, se enfrenta el enorme y fiero  toro con la terrible arma de su cornamenta y la inteligencia del torero con su capote y espada, siendo este casi siempre el vencedor. 
                                                 

¿Quién tiene hoy la certidumbre de ganar una guerra que le enfrentara a otro grupo humano, con garantías de vencer? 
La vieja Europa cuajada de cicatrices, define su historia por terribles conflictos habidos de norte a sur y de este a oeste en todo su territorio, que costaron millones de vidas humanas y creo que ni así hemos aprendido, aunque ahora los conflictos armados donde participamos están normalmente fuera de nuestras fronteras, y son guerras controladas donde no se utilizan armas de destrucción masiva; hasta ahora. 
                                                 

Viendo esos enormes barcos, esos inteligentísimos y caros aviones, todos esos utensilios de matar, me pregunto por qué no se pudiese gastar todo este estipendio en construir viviendas sociales, en ayudar al parado y ponerlo nuevamente en la senda del trabajo, en mejorar nuestra depauperada sanidad y educación, en solucionar definitivamente el problema de las pensiones, y en tantas y tantas cosas para mejorar la vida de las gentes, no para acabar con ellas.
                                                   
 
Muchos de vosotros no estarán de acuerdo conmigo, pero yo os pregunto: ¿Quién garantiza que pueda hoy ganar una guerra generalizada sobre la tierra? 
                                                  

Hoy todos los países pertenecen a un bloque defensivo, y todos estos enormes y tecnificados ejércitos disponen de similares armas, de tal forma que, si alguno de ellos se atreviera a utilizar los medios más avanzados, sería el fin de la humanidad tal como la conocemos; el planeta quedaría arrasado para muchas décadas, y solo pequeños y diseminados grupos humanos podrían sobrevivir a la hecatombe, y pasados los primeros tiempos, volverían los pocos sobrevivientes a las cavernas, y ¿Empezar de nuevo? 
Quizás algún día la genética logre modificar los genes belicistas del ser humano. 

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