viernes, 25 de marzo de 2016

La basura del Imperio

Después de tantas revoluciones, guerras, cataclismos, luchas por el poder, y todas las tentativas que se quieran para conseguir uniformar un poco, por lo menos, la economía del ciudadano medio mundial, ¿Qué hemos conseguido? NADA: Todo a peor.
Un ciudadano de Qatar, el país más rico del mundo, gana 275 veces más que un ciudadano medio de La República Democrática del Congo, el país más pobre de la tierra.
                                                                  
Qatar
                                                                      
El salario medio de  Estados Unidos, el país de mejor salario del mundo, es de 56.000 $ anuales, mientras tenemos el contrasentido de un país rico en petróleo y materias primas, Venezuela, el país de peor salario, 44 € mes, que no llega ni para 12 quilos de pollo, peor incluso que Bangladesh, 50 €, o Ghana 37 €, o Nepal 69 €.
                                                                    
Basurero en Ganha 
Los países ricos, “El Imperio”, tienen cogida la sartén por el mango, ya que son las bolsas de estos países y sus grandes corporaciones las que marcan el precio de las materias primas, y lo que es más grave, el precio mundial de los alimentos. Además utilizamos las regiones pobres como basurero, después de esquilmarlos de sus materias primas necesarias en el primer mundo, como el coltán de sangre del Congo. (Sí. Eso es lo que tienes en tu móvil de última generación). Países con una débil legislación en materia de residuos y contaminación, donde llegan miles de millones de toneladas de desechos altamente contaminantes para la vida y seguridad de esas personas.
                                                                         

                                                                 ¿Agua?

Tu viejo ordenador...

Entre el 50 y 80% de los desechos tecnológicos altamente contaminantes, de Estados Unidos, Japón y Unión Europea, se transporta a vertederos de China, Nigeria, India, Pakistán. Hay una ciudad china, Guiya, transformada en el mayor basurero tecnológico del planeta.
Me contaba un amigo de viaje por Delhi (India), como en una fábrica que hacía ropa de moda para Inditex, por la camisa que él había pagado en España 40 €, en esta factoría les salía por 3,50 €, y era más que el salario de un día de un trabajador después de doce o quince horas de jornada laboral.
                                                                  
Esclavos del coltán
Estas condiciones endémicas de pobreza y explotación hacen, que aunque haya o no haya guerras, las pobres gentes de estos países estén deseando cambiar su residencia a sitios donde mejorar su vida y la de sus hijos, ¿Es extraño esto?
Pues bien, en donde estamos inmerso geográficamente, la Unión Europea, quieren hacer con los migrantes de países en guerra o inmersos en hambrunas históricas, sin trabajo o súper explotados en el poco que hay, lo mismo que con los residuos, tirarlos a las cloacas del mundo; del mundo de los desgraciados. ¿Cuánto cuesta? 6.000 millones de euros, pues bien; se coge un país limítrofe de estos que usamos para reciclar, Turquía, y se les da el dinero para que no nos molesten en esta Europa de los egoísmos, no vaya a ser que nos quiten lo que nos sobra.
                                                                  

                                                                      Sin palabras

Los queremos fuera de aquí pero cerca, para sacarlos de esa inmunda bolsa según los necesitemos. Ya los iremos admitiendo en función de los intereses de mano de obra barata que las grandes fábricas multinacionales demanden, o a la vez que vaya decreciendo la población activa en nuestros países por falta de nacimientos. Los pobres tienen más hijos, por lo que nunca nos faltará quien quiera venir a trabajar por comerse nuestras sobras. Esa es la misión de los desheredados de la tierra.  Si les damos una manta y de comer ¿Qué más quieren?
                                                                       

                                                             Junto a tu playa

En este Viernes Santo, donde conmemoramos la pasión y muerte del Dios hecho hombre de los cristianos, parémonos cinco minutos a pensar en lo dicho.
Grano a grano de arena se forma un desierto, un rascacielos de cemento, o una playa paradisiaca. Tú verás donde quieres poner tu granito.
                                                                      
Coltán de sangre

En Sevilla, Viernes Santo, 25 de marzo del 2016


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