sábado, 6 de enero de 2018

Otra economía

La economía se define como la ciencia que estudia la administración de los bienes, y también como el arte de administrar los bienes de la forma más conveniente y provechosa, pero no especifica si esos bienes son de índole material o inmaterial.
                                                                      


Porque aunque cuando escuchamos la palabra economía se nos viene a la mente la carestía de la vida, la precariedad de los salarios que propicia la brecha entre los que más cobran y los de la base, la escasez monetaria de nuestro peculio, etc…, también pude representar otras cosas más abstractas, como cuánto amamos u odiamos, lo que damos de comprensión, lo que recibimos en favores,  lo interesados y egoísta que somos, o lo generosos que quisiéramos que los demás se comportasen con nosotros.
                                                                      


No podemos contar los abrazos, las risas, las gotas de lluvia o el chocar de las olas contra el acantilado, aunque sabemos que son muchas.
Y todo esto se podría ir escribiendo en la columna del “haber” o en la del “debo”, para hacernos reflexionar periódicamente sobre lo acertado o errados que vamos por la vida, ya que si no te vuelcas en los demás, en el bien común huyendo de egoísmos, cómo vas a pedirles a los otros comprensión hacia tus necesidades o a tus problemas.
                                                                        


“Manos que no dais que esperáis”, dice el refrán, y ahora que abandonamos los lustrosos días de la Navidad, los días de excesos y alegrías, es el momento de recapacitar y plantearnos que otra economía de sentimientos, entrega, sonrisas, ánimos y generosidad hacia los demás, es no sólo posible, sino realizable y obligatorio como ser humano, ya que, o somos lo que sea todos juntos o no somos nada, ya que tu “yo” sólo no significa nada, no te enriqueces encerrado en ti mismo.
                                                                    


Es a veces más fácil dar dinero a una ONG o unas monedas a un mendigo para tranquilizar nuestra conciencia, que ser paciente con nuestros compañeros de trabajo, hablar con ese amigo que pasa por horas bajas, comprender y tener paciencia con los niños, hacer la vida alegre en nuestra familia, dialogar con todos y no pontificar de nada.
Ser homo sapiens con sentimientos positivos y generosidad,  es lo que nos diferencia de otras especies animales, que como podéis ver en todos los documentales sobre naturaleza, cazan, beben, viajan y comen  en manada por instinto, nosotros tenemos razones, sentimientos e inteligencia. El que queda atrás y solo,  o es devorado por otros depredadores, o se apresta a morir porque está enfermo.
                                                                          


Somos capaces de lo peor y lo mejor; salir de nosotros mismos y darte a los demás te hace sentirte bien, encerrarte en ti mismo odiando lo diferente, te convierte en taciturno y amargado.

No hagas a nadie lo que no quieras para ti.

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