La economía se define como
la ciencia que estudia la administración de los bienes, y también como el arte
de administrar los bienes de la forma más conveniente y provechosa, pero no
especifica si esos bienes son de índole material o inmaterial.
Porque aunque cuando
escuchamos la palabra economía se nos viene a la mente la carestía de la vida,
la precariedad de los salarios que propicia la brecha entre los que más cobran
y los de la base, la escasez monetaria de nuestro peculio, etc…, también pude
representar otras cosas más abstractas, como cuánto amamos u odiamos, lo que
damos de comprensión, lo que recibimos en favores, lo interesados y egoísta que somos, o lo
generosos que quisiéramos que los demás se comportasen con nosotros.
No podemos contar los
abrazos, las risas, las gotas de lluvia o el chocar de las olas contra el
acantilado, aunque sabemos que son muchas.
Y todo esto se podría ir
escribiendo en la columna del “haber” o en la del “debo”, para hacernos
reflexionar periódicamente sobre lo acertado o errados que vamos por la vida,
ya que si no te vuelcas en los demás, en el bien común huyendo de egoísmos,
cómo vas a pedirles a los otros comprensión hacia tus necesidades o a tus
problemas.
“Manos que no dais que
esperáis”, dice el refrán, y ahora que abandonamos los lustrosos días de la
Navidad, los días de excesos y alegrías, es el momento de recapacitar y
plantearnos que otra economía de sentimientos, entrega, sonrisas, ánimos y generosidad
hacia los demás, es no sólo posible, sino realizable y obligatorio como ser
humano, ya que, o somos lo que sea todos juntos o no somos nada, ya que tu “yo”
sólo no significa nada, no te enriqueces encerrado en ti mismo.
Es a veces más fácil dar dinero
a una ONG o unas monedas a un mendigo para tranquilizar nuestra conciencia, que
ser paciente con nuestros compañeros de trabajo, hablar con ese amigo que pasa
por horas bajas, comprender y tener paciencia con los niños, hacer la vida
alegre en nuestra familia, dialogar con todos y no pontificar de nada.
Ser homo sapiens con
sentimientos positivos y generosidad, es
lo que nos diferencia de otras especies animales, que como podéis ver en todos
los documentales sobre naturaleza, cazan, beben, viajan y comen en manada por instinto, nosotros tenemos razones,
sentimientos e inteligencia. El que queda atrás y solo, o es devorado por otros depredadores, o se
apresta a morir porque está enfermo.
Somos capaces de lo peor y
lo mejor; salir de nosotros mismos y darte a los demás te hace sentirte bien,
encerrarte en ti mismo odiando lo diferente, te convierte en taciturno y
amargado.
No hagas a nadie lo que no
quieras para ti.
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