jueves, 25 de febrero de 2010

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Esta mañana leyendo “El País”, me llamó la atención en la página cinco, la noticia: “Una veintena de sicarios asesinan a 13 personas en México”. Al lado había una fotografía de cuatro jóvenes vestidos de negro y con zapatillas deportivas, que yo identifiqué con los sicarios, hasta que fijándome bien me di cuenta de que era un anuncio de DOLCE¬GABBANA.
Yo no sé si es que “mi mundo no es de este Reino” o que me estoy volviendo imbécil. Entre que los anuncios al mostrarse en fotos o publirreportajes, ya sean en prensa, radio o televisión utilizan idiomas ajenos a nuestra lengua y otros nos muestran imágenes que nada tiene que ver con el producto promocionado, a mi es que se me hace la “picha” un lio, como diría un castizo. Y cuando hablo con amigos me doy cuenta que les pasa al 90% de la gente. Yo no digo que nos anclemos a los anuncios de los años 60 o 70, como los que se oían por la radio: Cola-Cao, Omo, Norit, etc. Estos los entendíamos todos, incluidos analfabetos y tontos como yo.
¿En que se basan las empresas “creativas” para creer que sus campañas son útiles y entendibles? Salgan a la calle y pregunten. A ver quien las interpreta.
Señores Empresarios: Empleen su dinero de publicidad en abaratar los productos o entréguenlo a alguna ONG, que seguro sabrán utilizarlo. Yo voy a seguir utilizando Marcas Blancas.

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